Compositor: Manuel Eduardo Castro
Dionisio venía sediento con ganas de una cerveza
Se dirigió a una cantina que todavía estaba abierta
Metió la mano al bolsillo y acarició su cartera
Para ser nuevo en el pueblo la suerte no era tan mala
No le cabía en el pecho haber tenido en su cama
A una mujer tan hermosa que conoció a su llegada
Nicho pidió al cantinero baraja y una cerveza
Le dijo: Que tal amigo venga a sentarse a mi mesa
Vamos a echarnos un trago a la salud de Teresa
El cantinero le dice: Se ve que viene contento
Ahora que cierro temprano vamos a tomarlo en serio
Cuénteme, pues de Teresa mientras la vamos partiendo
Se repartieron las cartas y comenzó la jugada
Se hicieron buenos amigos mientras la noche avanzaba
Nicho ya un poco tomado comenzó hablar de la dama
Es la más chula del pueblo la conocí allá en la plaza
Me enamore de su cuerpo y anoche adornó mi cama
Vive allá por la Guerrero y es dueña de una farmacia
El cantinero asombrado no quiso oír otra cosa
Ya no había duda que Nicho se refería a su esposa
Se levantó y al momento amartillo su pistola
Se oyeron cuatro balazos, lo agarraron por sorpresa
Nicho quiso dar un paso y cayó sobre la mesa
No supe que lo mataron por andar de lengua suelta